Por Brígida Tobón
Notas apacibles de piano se entreveran al gorjeo de pájaros para acompasar el ritual de un baño tan dulce como amargo. Las gotas, envoltorios de confites, caen con lentitud empapando de miel a una bailarina, creando un largo camino de brillos y colores sobre el escenario. Otro bailarín, ataviado con una sotana negra, ejerce de clérigo que vierte, como rocío bautismal, las gotas de papel sobre la cabeza de la mujer. Ella alucina y se empalaga; llega al paroxismo, intoxicada tambalea, evanesce su consciencia. Él la observa, sin titubeos alcanza el estado de derviche para girar y más girar hasta lograr transfigurar el camino, metáfora de sueños y dulzura, en un círculo vacío.
Estas imágenes son la introducción al espectáculo Delicious overdose, del grupo italiano duo nux, presentado en el Teatro Nacional la noche del 16 de octubre de 2021 para el cierre del décimo PRISMA-Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá.
La compañía surge a partir del encuentro profesional y creativo de Alice Beatrice Carrino y Cristian Cucco, quienes, después de haber compartido once años de experiencias durante su formación en danza y como parte del elenco de bailarines de la Compagnia Susanna Beltrami, sienten la necesidad de crear un propio proyecto dancístico. Como ellos mismos lo consignan, de su «propia exigencia creativa nace duo nux: nux como el nogal, formado por un exterior y un interior, cáscara y semilla, visible y oculta, síntesis perfecta del opuesto que se convierte en uno; dos en uno».
Delicious Overdose es un performance cargado de belleza. Es delicado y poético. El carácter etéreo de la danza logra que el espectador se sumerja en el universo onírico que el montaje propone. Los bailarines encarnan la dualidad que no puede ser separada porque conforma un todo: ella nívea y frágil, él obscuro y fuerte; ella moldeable como muñeca de trapo, él poder que comanda el movimiento. Ella es levedad, él pesada gravedad; ella cuerpo inerte, él deidad que insufla vida. Sus destinos son el mismo. Están atados a ser uno para siempre.
Es notable la técnica que exhiben los dos bailarines y la secuencia intachable de los movimientos que apoyan la coreografía. Alice Beatrice Carrino deslumbra con una plasticidad que logra que su danza toque casi la irrealidad. Su cuerpo pierde toda resistencia, por momentos parece flotar como pluma, sin voluntad, desvanecida.
La dirección y coreografía a cargo de los mismos Alice Beatrice Carrino y Cristian Cucco ha sido reconocida en diversos escenarios. Es así como fue seleccionada para participar en el certamen de la vigésima sexta edición del Festival Internacional de Danza Contemporánea de Canarias (España) MasDanza, que tendrá lugar entre el 8 y el 31 de octubre próximos.
La música y luces están muy presentes. Son claves ambas para reforzar la narración escénica que, sin ínfulas de grandes escenografías o efectos visuales, logra desde su limpieza y simpleza tocar la sensibilidad del espectador y dejarle impregnado un mensaje profundo.
Al final queda en el aire la pregunta si la realidad de ser uno mismo es un sueño o una pesadilla. O como diría Hamlet: «Morir, dormir, ¿dormir? Tal vez soñar».
FICHA TÉCNICA
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